Territorio físico

El actual territorio de Gipuzkoa es el extremo oriental de la vertiente cantábrica, en el norte de la Península Ibérica. Son apenas 2.000 km2, bien limitados por una costa abrupta con el mar Cantábrico al Norte, y por la sierra de Aitzgorri y sus estribaciones al Sur, que la separan de la Llanada alavesa. Tres valles longitudinales atraviesan el territorio desde la sierra hasta el mar: el valle del Deba más al oeste, el del Urola en el centro y el del Oria al este. Desde sus cabeceras de Navarra, descienden y entran en el territorio los principales afluentes del Oria, así como los ríos Urumea y Bidasoa. El Oiartzun realiza su recorrido en el mismo sentido, enteramente guipuzcoano, entre el Urumea y el Bidasoa.

Si algo caracteriza este territorio y ha influido en su historia, es su división en valles: valles cortos, estrechos, abruptos, de ríos caudalosos que acaban en estuarios más o menos amplios, rodeados de montañas no muy altas (1500 m. la cumbre más alta del Aitzgorri), y de unas pocas y pequeñas llanuras. Más que la geología (granito en Aiako Harria, sobre el Oiartzun y el Bidasoa; arenisca en la costa, macizos calizos en Aralar, Aizkorri, Ernio, Izarraitz…), es este relieve, y el clima lluvioso y templado, los que han marcado el paisaje, además, por supuesto de la presencia humana documentada hace al menos 180.000 años.