La producción literaria en euskera que llegó a la imprenta tardó en consolidarse. La que se considera primera obra impresa en euskera, "Linguae Vasconum Primitiae", se imprime en 1545 en Burdeos. Se trata de una serie de poemas del bajonavarro Bernat Etxepare. A partir de ahí, la temática es casi siempre religiosa: "Doctrina Cristiana y pasto espiritual del alma para los que tienen cargo de almas y para todos estados en Castellano y Bascuence", de Sancho de Elso, publicada en Estella en 1561; el "Nuevo Testamento" del pastor protestante Joanes Leizarraga, impreso en La Rochelle en 1571, etc. Gipuzkoa tardará más de un siglo en ver su primera obra, también religiosa: "Doctrina Christiana en Bascuence", de Nicolás de Zubia, a cargo del impresor Pedro de Ugarte, en 1691. En cambio, en el siglo XVIII es el territorio que más publicaciones conoce en esta lengua.
En el siglo XVIII, tuvo gran incidencia en la evolución del libro vasco la creación de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. La producción de la RSBAP y su círculo se dio fundamentalmente en castellano. Obras escritas por socios de la Bascongada figuran entre las más notables aportaciones del reformismo ilustrado español del XVIII: "Recreaciones políticas", de Nicolás de Arriquibar, "Noticias de algunas producciones curiosas de la Naturaleza", de Ramón María de Munibe -hijo del Conde de Peñaflorida, fundador de la Sociedad-, las archiconocidas fábulas de Samaniego, así como la novela moralista de Santiváñez, la historiografía de Landazuri o la enciclopedia de Prestamero.
También surgió de este ambiente obra teatral en euskera, de las que nos han llegado algunos ejemplos, como la opera cómica en euskera y castellano del propio Peñaflorida, "El borracho burlado" (1764), y su opereta "Gavon sariac". Ha sido hallado recientemente un manuscrito de 20 páginas que contiene una breve obra de teatro escrita por Joaquín de Alcibar, Capitán de los Reales Ejércitos y Caballero de la Orden de Carlos III. Tiene por título "Gran Tourra", en referencia al viaje que los nobles de la época realizaban por ciudades de Italia, Austria, Alemania, Francia e Inglaterra. Incluye una breve "Sukaldeko Disparatiak" (Disparates de Cocina), diálogos de tres mujeres acerca de los Caballeritos de Azkoitia, presentada en 1771. El autor escribió también textos eruditos, mitológicos, caricaturas y bertsos.
Fuera del ambiente ilustrado, en el siglo XVIII se desarrolló otro tipo de producción en euskera en torno a los jesuitas. La figura más notable, sin duda, fue Manuel Garagorri Larramendi (Andoain, 1690 – Azpeitia, 1766), sacerdote, escritor y célebre apologista del euskera. Aunque en esta lengua no escribió más que unas doscientas páginas, su influencia fue grande, tanto en el estilo como en la defensa de la lengua. En 1729 escribió El Imposible vencido: arte de la lengua vascongada, primera gramática vasca, con la que respondía a quienes despreciaban esta lengua. Fue también autor del Diccionario trilingüe Castellano, Bascuence, Latin (1745) y de otras obras. Su Corografia, descripción histórico-geográfica de Gipuzkoa, sigue siendo un libro de referencia.
El hernaniarra Agustín Cardaveraz y el oiartzuarra Sebastián Mendiburu, ambos jesuitas, son deudores de Larramendi en cuanto al uso enérgico y brillante de la lengua. Nacidos a principios del siglo XVIII, fallecieron en el exilio, en Italia, tras la expulsión de la orden. Su gran capacidad de oratoria se expresaba ante todo en sermones, que llegaron a ser muy famosos en Gipuzkoa y Bizkaia. Casi toda su obra escrita es también religiosa. De Cardaveraz destacan: "Cristauaren Vicitza (Vida del Cristiano)", "Aita San Ignacio Loyolacoaren Egercicioac" (Ejercicios del Padre San Ignacio de Loyola), "Ondo iltcen icasteco ta ondo iltcen laguntceco egercicioac" (Ejercicios para aprender a bien morir y ayudar a bien morir). La más conocida en la actualidad es "Eusqueraren berri onac" (conocida en castellano como "Albricias del Bascuence" o "Retórica Vasca"), impresa en Iruña en 1761, y sigue la estela de Larramendi en la promoción del uso correcto del lenguaje. La obra más notable de Mendiburu es "Jesusen Bihotzaren Devocioa" (Devoción al Corazón de Jesús).