Renacimiento cultural vasco
Juegos Florales
En este contexto jugaron un papel clave los Juegos Florales, impulsados desde 1853 por Antoine d’Abbadie en Iparralde. En 1879 cruzan la frontera y se realizan en Elizondo, Navarra, y el mismo año se celebran en Donostia. Se trata de concursos literarios en euskera (versos improvisados y otras modalidades), exhibiciones deportivas, folklóricas, etc. La revista “Euskal-Erria” se convirtió en el órgano del “Consistorio de Juegos Florales Euskaros de San Sebastián”, comisión formada por el ayuntamiento y la Diputación. Esta comisión desarrolló también otras actividades, como la colocación de rótulos bilingües en las calles en 1896 o la inclusión de profesorado vascoparlante en las escuelas de la provincia.
Euskal Pizkundea
En esta efervescencia cultural y literaria del último cuarto del siglo XIX y primero del XX denominada “Euskal pizkundea”, el euskera fue progresivamente adquiriendo mayor presencia. Este movimiento alcanza su punto álgido, precisamente en el siglo XX en el que se impulsan muchas dimensiones diferentes: literatura, música, bertsolarismo, educación, alfabetización, investigación y ciencias, etc. y se crean algunas de las instituciones pilar de la sociedad vasca actual.