Primera guerra carlista
Negociación y fin de la guerra
En 1838 predominan el cansancio y la incapacidad de imponerse un bando al otro. Desde Bayona, un grupo de notables liberales conservadores y fueristas inicia un movimiento conspirativo con el fin de encontrar una salida al conflicto. Así nace la proclama “Paz y Fueros”, encabezada por José Antonio Muñagorri y apoyada en secreto por el gobierno liberal y las autoridades militares británicas y francesas. Muñagorri fracasó en su intento, pero puso las bases de lo que al año siguiente culminó en el Convenio de Bergara, en agosto de 1839: aceptación de Isabel II, respeto a los Fueros (“sin perjuicio de la unidad constitucional”, coletilla polémica que dará lugar a múltiples interpretaciones) e integración en el ejército isabelino de los combatientes que aceptaran el Convenio. El resto de carlistas parte al exilio con Don Carlos.
Pronunciamiento de Muñagorri en favor de la paz y los fueros en Berastegi .1838 Detención y traslado a Tolosa de la mujer e hija de Muñagorri. 1838 Abrazo de VergaraCapitales liberales
En octubre de 1833 se proclamó en Madrid a Isabel II como futura reina, y a su madre Mª Cristina como regente. San Sebastián y Pamplona, plazas militares, siguieron sus pasos. Aunque las autoridades de Bilbao y Vitoria proclamaron como rey a Carlos V, siendo las dos únicas capitales que apoyaron la causa del pretendiente, las tropas liberales no tardaron en recuperar el control en estas dos ciudades. A partir de entonces y durante toda la guerra las cuatro capitales resistieron el acoso carlista, y Bilbao se convirtió en el símbolo de la resistencia liberal vasca, pese a que durante al menos tres años casi todo el territorio de las tres provincias y gran parte de Navarra estuvieron en manos carlistas.
Carlismo vasco
Tomás Zumalacárregui asumió la jefatura militar del carlismo vasco a finales de 1833 y en un año escaso consiguió convertir unas docenas de grupos guerrilleros mal armados y peor organizados en un ejército de 30.000 soldados disciplinados que obligó al ejército español a refugiarse en las ciudades. En el otro bando estaban sus antiguos compañeros, tanto los del ejército oficial (Espoz y otros), como Artzaia, jefe de los chapelgorris, voluntarios liberales guipuzcoanos. La muerte de Zumalacárregui en 1835, en el intento de tomar Bilbao, fue una gran pérdida y el símbolo de la incapacidad del carlismo de abarcar más territorio o conquistar las capitales.
"Accion de Hernani" en 1834 (Zarza. 1842) “Don Carlos con Zumalakarregi y su Estado Mayor”.1835 (Major C. V. Z., Attached to the Staff of the Queen's Army. 1837) Tomás ZumalakarregiPrincipales acciones bélicas
Al hacer clic sobre el siguiente mapa interactivo se muestran las principales acciones bélicas de la I Guerra Carlista. Al hacer clic de nuevo sobre cada icono, se accede a más información e imágenes relativas al mismo.Contenidos complementarios en Museo Zumalakarregi (Diputación Foral de Gipuzkoa)
Mapa interactivo de la principales acciones bélicas de la I Guerra Carlista