El apellido: reflejo de la evolución social en Gipuzkoa

Categoría:
Cultura
Autor:
Gipuzkoa Geroztik
Titulo:
El apellido: reflejo de la evolución social en Gipuzkoa
Fecha:
14/06/2011

Uno de los aspectos relacionados con la Historia que más curiosidad despierta entre la gente es el de los apellidos. No es de extrañar, pues trata de una cuestión estrechamente ligada al pasado de todas las personas y territorios. En este sentido, el estudio de su evolución nos habla de los cambios habidos en cada sitio, en sus usos lingüísticos y, en general, en la relación de las familias con su entorno social.

¿Qué es el apellido? En su acepción actual, es el nombre de familia con que se distinguen las personas. Sin embargo, el Diccionario de Autoridades (1726) definía apellido como la forma en que “antiguamente se apellidaban los nombres de las casas principales, y a voz de apellido (en el actual sentido de llamada) le seguían las demás, y se allegaban a su partido; y así se llamaron apellidos los patronímicos, y después se extendió a los sobrenombres de las familias”.

Esta definición es perfectamente aplicable al uso del apellido en Gipuzkoa en la Edad Media, puesto que hasta el siglo XVI los apellidos tomaban la misma forma que hoy siguen tomando esos apellidos compuestos, tan sonoros, que enseguida identificamos como alaveses, o navarros, y que nos remiten a un poblamiento en aldeas (por eso, la segunda parte de esos apelativos coincide con un pueblo, muchas veces hoy despoblado: López de Gereñu, Martínez de Irujo, Díaz de Zerio…). En Gipuzkoa, esa manera de identificarse dio pasó a otra distinta, la del apellido único ligado a la casa. De todos modos, la forma anterior perduró entre los descendientes de los grandes linajes: Miguel Lopez de Legazpi, Iñigo López de Loiola… lo que denota también la distinta concepción de la organización social y de las relaciones personales entre un modelo social y otro.

Por tanto, y dejando a un lado su empleo en época medieval, cuando el apellido definía  a un conjunto de personas que superaba el marco de la familia nuclear (bien fuera un linaje –Gebara- o una comunidad –Alkiza-), a partir de los siglos XIV y XV en Gipuzkoa el apellido comienza a estar vinculado a dos realidades de gran valor social para cada individuo.

En primer y principal lugar, la casa. Por lo general, en Gipuzkoa cada persona adopta como apellido, es decir, como manera de identificación familiar ante el resto de la sociedad, el nombre de su casa. El apellido, pues, se vincula generalmente con el solar que se habita. Esta identificación entre casa e individuo era tan estrecha que en el momento en que una persona cambiaba de residencia, bien por casamiento, trabajo o por el motivo que fuera, podía llegar a cambiar la forma de apellidarse, o, por lo menos, compartir en su apellido las dos casas de referencia: la de origen y la de adopción. En segundo lugar, y en ocasiones, la identificación podía ser con la localidad de origen. Así, una persona residente en la villa de Tolosa, llegado el caso, podía adoptar este apellido una vez que se desplazaba a otra localidad a residir. Esto ocurría con más frecuencia cuanto más lejos se asentaba, y especialmente en América.

Cabe decir que las mutaciones en los apellidos daban lugar a circunstancias hoy día chocantes, como que padre, hijos y hermanos tuvieran apellidos diferentes, en razón de lo anteriormente expuesto. Sin embargo, a partir del siglo XVII comienza la fijación del apellido, y se tiende a adoptar y transmitir el de origen paterno, independientemente ya de la casa que se habite. Con la creación del Registro Civil en 1870, el apellido queda regularizado con la doble utilización del paterno y materno. Desde el año 1986, un Real Decreto permite variar el orden de estos dos apellidos.

 

2011 Departamento de Cultura y Euskera - Diputación Foral de Gipuzkoa
BY-NC-SA 2.5
Accesibilidad | Créditos | Aviso legal
GNet|gipuzkoa.net
INICIOBuscarRegistroContactoMapa webETAPASTEMASTESOROSEXPOSICIÓNTESTOPINIÓN