Lope García de Salazar: banderizo

Escultura de Lope García de Salazar en Portugalete
“Portada del libro Bienandanzas y Fortunas...” (Lope García de Salazar)
Mapa. “Despliegue de los bandos en Gipuzkoa”

El estudio de las guerras de bandos cuenta con una fuente de primera mano, las Bienandanzas e Fortunas, del banderizo vizcaíno Lope García de Salazar (1399-1476). Toda su vida es reflejo del grupo social al que pertenece: Oñacino, fue uno de los retadores de Azkoitia. A su vuelta del exilio andaluz, las tensiones internas familiares y su alianza con antiguos enemigos para conservar la posición en el linaje le acarrearon el cautiverio de manos de uno de sus hijos, en su propia torre de Muñatones (Muskiz). Tras varios intentos de fuga, murió envenenado en la Torre de Salazar, Portugalete. Las Bienandanzas relatan pormenorizadamente los grandes y pequeños enfrentamientos armados que conoció su autor. Pueden ser leídas como un libro de caballerías, como un enorme registro genealógico, como un compendio militar o como una descripción del mundo señorial de la época, pues deja al descubierto los códigos de conducta de los Parientes Mayores y su sociedad, basados en la violencia como modo de relaciones internas y externas.  De su lectura se concluye que la sociedad se organizaba por encima de territorios y mantenía un feroz sistema de liderazgo y justicia, basado en la venganza familiar. Así, un ejemplo interesante es el de los Ezpeleta, que queman al señor de Senpere (ambos linajes encabezan los bandos enfrentados en Lapurdi). Éste no tenía sucesión masculina, por lo que su hija casa con Pedro López de Amezketa, “la mejor lanza de Gipuzkoa”, a quien corresponde ejercer la venganza. Acude ante él Beltze de Ezpeleta, retándole a muerte para probar quien es el mejor. En el duelo, el de Amezketa venga a su suegro. García de Salazar es testigo de otras muchas contiendas, como la quema de Mondragón. Así, relata cómo su cuñado Gómez González de Butrón y los suyos habían sido llamados por los Guaraya, del valle de Aramayona, a recobrar lo que los Abendaño y otros gamboínos les habían quitado. Gómez González de Butrón entró en Mondragón el día 11 de julio de 1448, tras reñida contienda. Los gamboínos, superiores en número, desean una batalla en campo abierto y, para obligar al de Butrón a salir, dan fuego a la villa. El episodio bélico se salda con multitud de bajas en los dos bandos y con Mondragón arrasada y saqueada. Éste es el mundo reflejado en la obra del banderizo García de Salazar, tanto las acciones como los valores y códigos de conducta de sus protagonistas, y éste es el mundo que en buena parte será superado por la Provincia de Gipuzkoa a partir de la Hermandad de sus villas.  

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